SEMANA
SANTA
La
Ciudad
de
Oaxaca,
considerada
como
un
lugar
mágico
de
nuestro
México,
guarda
celosa
entre
sus
encantos
las
costumbres
y
tradiciones
de
nuestros
antepasados.
Parte
de
estas
costumbres
se
hacen
manifiestas
a
lo
largo
de
todo
el
año.
En
especial
en
esta
temporada
de
la
Semana
Mayor
o
Semana
Santa,
donde
el
culto
a
la
religiosidad
y
los
eventos
solemnes
cobran
vida
en
toda
la
ciudad.
Es
por
ello
que
el
Municipio
de
Oaxaca
de
Juárez,
que
encabeza
el
Lic.
José
Antonio
Hernández
Fraguas;
a
través
de
la
Coordinación
General
de
Turismo
y
Fomento
Económico,
se
hace
presente
promoviendo
diversas
actividades
culturales
y
religiosas,
dando
comienzo
con
el
cuarto
viernes
de
cuaresma
en
el
tradicional
Viernes
de
Samaritana,
en
las
calles
de
Alcalá
esq.
con
Gurrión
a
las
12:00
horas;
el
sexto
viernes,
14
de
marzo,
con
el
“Altar
de
Dolores”
en
el
“Museo
de
los
Pintores”
ubicado
en
Avenida
Independencia
y
García
Vigil
a
las
18:00
horas;
la
XII
Exposición
de
Estandartes
y
Relicarios
de
las
Cofradías
de
Oaxaca
del
15
al
20
de
marzo
en
La
Capilla
del
Hotel
Camino
Real,
ofreciendo
una
serie
de
conciertos
a
partir
de
las
19:00
horas
de
música
sacra;
culminando
con
la
Procesión
del
Silencio
el
21
de
marzo
recorriendo
diversas
calles
del
Centro
Histórico,
estas
actividades
tienen
la
finalidad
de
preservar
los
legados
de
nuestras
tradiciones,
fomentar
la
cultura
para
poder
compartir
la
historia
de
Oaxaca
con
los
ciudadanos
y
los
visitantes
nacionales
y
extranjeros.
Desde
el
mes
de
febrero,
ya
se
encuentra
todo
listo
para
la
realización
de
estos
eventos
tan
importantes
para
Oaxaca
y
para
la
temporada
de
Semana
Santa.
VIERNES
DE
CUARESMA
En
el
templo
de
Tepeaca,
en
perímetro
de
los
Barrios
de
Jalatlaco
y
Xochimilco,
y
desde
tiempo
inmemorial,
los
devotos
solían
reunirse
cada
Viernes
de
Cuaresma,
para
practicar
el
Via
Crucis,
ceremonia
que
tenía
lugar
muy
de
mañana,
para
contar
con
una
mayor
asistencia
de
los
vecinos
trabajadores
que
en
dicho
barrio
se
han
dedicado
al
oficio
de
la
curtiduría.
Los
habitantes
de
la
ciudad
llegaron
a
sumarse
al
devoto
ejercicio,
concurriendo
en
gran
número
a
la
ceremonia,
en
el
atrio,
bajo
las
ramas
de
los
árboles
de
"Coquito"
el
Jilosúchil
(Bombax
Ellipticum,
se
cree
que
es
el
nombre
científico)
cuyas
flores
de
peculiar
forma
y
vivo
color,
por
algunos
conocida
como
"cabellos
de
ángel",
son
adorno
característico
del
lugar.
Después
del
Via
Crucis,
los
circundantes
iban
a
saborear
los
antojitos
que
se
vendían
en
torno
al
templo,
donde
también
se
ofrecían
claveles,
rosas,
alhelíes
y
otras
aromadas
especies
cortadas
de
madrugada
en
los
jardines
de
Xochimilco,
de
la
Trinidad
y
de
Cuatro
Caminos,
y
con
ramos
así
formados
trasponían
el
viejo
puente,
hoy
desaparecido
porque
el
río
de
Jalatlaco
ha
sido
entubado.
Y
de
vuelta
a
sus
hogares
en
el
centro
o
en
otros
barrios,
hacían
alto
en
el
Llano
de
Guadalupe,
después
Paseo
Netzahualcóyotl
y
hoy
Paseo
Juárez
el
Llano;
donde
más
tarde
y
ahora
casi
olvidada
la
devoción
al
Señor
de
Tepeaca,
cada
Viernes
de
Cuaresma
se
reúne
la
gente
joven,
de
preferencia,
para
disfrutar
la
frescura
y
el
bien
arreglado
sitio
mientras
se
escucha
a
la
Banda
del
Estado
o
a
las
marimbas
lo
que
en
nuestros
días
ocurre,
y
los
estudiantes
festejan
con
flores
a
las
más
gentiles
damitas,
bajo
cuyo
madrinazgo,
se
hace
más
grato
el
galano
paseo.
VIERNES
DE
SAMARITANA
Una
peculiar
festividad
celebran
los
católicos
oaxaqueños
en
el
marco
del
cuarto
viernes
de
Cuaresma
conocida
como
“La
Samaritana”
que
consiste
en
regalar
agua
de
fruta
tropical
en
los
atrios
de
los
templos
católicos.
La
celebración
se
remite
al
pasaje
bíblico
del
encuentro
de
Jesús
de
Nazaret
con
la
mujer
de
Samaria
en
el
pozo
de
Jacob
donde
el
primero
con
toda
humildad
le
pide
agua,
lo
que
conmueve
a
la
mujer
porque
siendo
Judío
se
humilló
ante
una
Samaritana.
Según
las
crónicas
y
la
tradición
oral
la
celebración
de
“La
Samaritana”
surgió
en
el
siglo
XIX
en
los
atrios
de
los
templos
católicos
aunque
lo
cierto
es
que
habría
comenzado
en
los
templos
de
San
Francisco
y
la
Merced.
La
tradición
católica
ha
trascendido
las
esferas
de
la
fe
y
ahora
en
casi
todas
las
escuelas
públicas
y
privadas
de
la
capital
oaxaqueña
e
incluso
en
oficinas
de
gobierno
estatal
y
municipal
se
paralizan
las
actividades
para
celebrar
este
acontecimiento.
Desde
tempranas
horas
en
las
oficinas
públicas
y
privadas,
escuelas
y
en
los
atrios
de
los
templos
se
instalan
grandes
mesas
con
enormes
ollas
de
barro
adornadas
para
las
aguas
de
sabores
que
van
desde
horchatas
mezcladas
con
melón,
nuez,
tuna
y
pétalos
de
rosa.
También
horchata,
limón
con
chía,
o
la
de
chilacayota,
melón,
sandía,
mango,
tamarindo
y
más
recientemente
se
incluyen
el
tejate
una
bebida
tradicional
a
base
de
cacao
y
maíz
y
hasta
nieve
de
sabores
como
leche
quemada,
tuna,
nuez,
leche,
tamarindo
y
de
todas
las
frutas.
Es
una
fiesta
en
la
que
las
mujeres
se
tienen
que
ataviar
con
los
trajes
tradicionales
oaxaqueños
donde
lucen
vistosos
vestidos
típicos,
como
la
China
Oaxaqueña
o
Tehuanas,
desde
los
“puestos”
que
son
adornados
con
flores
de
bugambilia,
cañas
verdes
en
forma
de
arcos,
en
la
que
ofrecen
las
aguas
frescas
en
ollas
de
barro.
La
fiesta
se
complementa
incluso
con
grupos
musicales
que
comienzan
a
tocar
desde
las
11:00
horas
hasta
entrada
la
tarde
según
la
posibilidad
de
los
organizadores
de
la
fiesta,
lo
mismo
presentan
a
las
marimbas
y
conjuntos
musicales.
Ese
pasaje
originó
lo
que
hoy
se
conoce
como
La
Samaritana,
donde
las
mujeres,
principalmente,
preparan
al
filo
de
las
doce
del
día
y
hasta
con
representaciones
religiosas.
Es
por
ello
que
La
Coordinación
General
de
Turismo
y
Fomento
Económico
continuando
con
las
tradiciones
ofrece
aguas
frescas
a
todo
el
público
en
general
este
viernes
de
Samaritana
en
las
calles
de
Alcalá
esq.
Gurrión
a
las
12:00
hrs,
representando
en
un
pozo
el
pasaje
bíblico
y
remembrando
esta
tradición
oaxaqueña.
Igualmente
participan
Universidades
y
prestadores
de
servicios
turísticos.
VIERNES
DE
DOLORES
-
ALTARES
DE
DOLORES
Fiesta
de
gran
arraigo
en
la
Ciudad,
de
origen
europeo,
adquirió
características
propias,
dentro
de
las
cuales
resalta
la
tradición
de
erigir
altares
en
honor
a
la
Virgen,
cuyos
elementos
recuerdan
la
palidez
de
la
aflicción
y
los
dolores
que
sufrió
durante
la
Pasión
de
Cristo.
La
Coordinación
General
de
Turismo
invita
a
todos
los
ciudadanos
y
visitantes
a
contemplar
el
Altar
de
Dolores
que
se
instalará
el
día
viernes
14
de
marzo
a
partir
de
las
18:00
horas
en
el
“Museo
de
los
Pintores”
Ubicado
en
Av.
Independencia
esquina
con
García
Vigil,
Centro.
Con
el
apoyo
de
la
Asociación
Folklórica
Oaxaqueña
se
monta
el
tradicional
altar
cuyos
elementos
recuerdan
la
aflicción
y
los
dolores
que
sufrió
la
virgen.
En
el
cual
también
se
podrá
disfrutar
de
un
programa
solemne
donde
se
recitan
los
versos
de
la
Vía
Dolorosa
por
parte
de
la
Asociación
Folklórica,
igualmente
se
disfruta
el
concierto
de
un
sexteto
de
cuerdas
y
para
finalizar
se
ofrece
una
degustación
de
aguas
frescas
al
público
asistente.
El
Sexto
Viernes
de
Cuaresma,
el
Viernes
de
Dolores
es
una
tradición
de
gran
devoción
y
un
objeto
de
veneración
especial
en
la
Ciudad
de
Oaxaca.
Se
rinde
culto
a
la
Madre
de
Dios,
colocando
un
Altar
en
el
mejor
lugar
de
las
iglesias,
casas
u
oficinas.
Esta
tradición
arranca
desde
la
época
colonial,
y
más
ciertamente
desde
cuando
los
Padres
Jesuitas
consagraron
una
espaciosa
capilla
de
su
templo
magnífico
a
la
Virgen
de
los
Dolores,
tributando
culto
solemne
a
la
imagen.
Después
la
devoción
se
fincó
en
el
Patrocinio
y
en
San
Cosme
y
San
Damián,
donde
hasta
la
fecha
perdura.
Los
Altares
de
Dolores
se
preparan
con
anticipación
desde
la
siembra
del
maíz
en
macetas
de
barro
claro;
figuras
de
animalitos
trabajados
en
arcilla
porosa
para
que
germinen
los
granos
de
chía,
depositándolos
en
todos
los
lugares
cerrados
a
la
luz,
para
que
muestren
una
singular
coloración
y
con
los
que
se
adornan
las
gradas
del
altar
bajo
un
dosel
de
cortinajes.
Toda
la
gente
acude
en
la
víspera
del
Viernes
de
Dolores,
a
adquirir
sus
flores
y
los
manojos
de
laurel
de
álamo
y
de
óleo
y
otras
ramas
de
fresco
perfume
que
se
expenden
en
las
calles
de
la
Ciudad.
En
la
Alameda
de
León
se
formalizó
al
correr
del
tiempo,
todo
un
paseo
en
el
que
las
mujeres
acuden,
mientras
un
grupo
de
música
deleita
a
la
concurrencia.
Ha
quedado
la
grata
costumbre
de
participación
de
la
Banda
del
Estado,
que
desarrolla
un
programa
selecto
sin
faltar
en
la
parte
culminante
la
interpretación
de
dos
o
tres
números
del
"Stabat
Mater"
de
Gioacchino
Rossini,
y
el
también
"Stabat
Mater"
de
Juan
Matías,
cuya
partitura
pone
la
nota
característica
en
la
uncida
noche
del
Viernes
Santo.
Son
muy
famosos
los
altares
que
se
instalan
en
los
barrios
de
China
y
el
Peñasco,
Xochimilco
y
Jalatlaco,
donde
las
familias
"echan
la
casa
por
la
ventana"
en
apasionada
competición.
Es
tradición
que
toda
la
familia
y
amigos
se
reúnan
para
admirar
el
Altar
de
Dolores,
ante
el
que
llegada
la
noche
se
reza
devotamente
el
rosario
y
se
cantan
los
"misterios",
bellas
piezas
compuestas
por
compositores
oaxaqueños.
Al
término,
los
concurrentes
disfrutan
de
sendos
vasos
de
aguas
frescas
de
horchata,
jamaica,
chía,
etc.
Y
en
muchos
casos
se
ofrece
chocolates
y
pan
de
manteca;
o
se
sirven
bocadillos
hechos
a
base
de
pescado
u
otras
viandas
de
"vigilia".
EXPOSICIÓN
DE
ESTANDARTES
Y
RELICARIOS
DE
LAS
COFRADÍAS
DE
OAXACA
Se
vive
una
vez
más
en
el
calendario
de
las
festividades
oaxaqueñas
la
XII
Exposición
de
Estandartes
y
Relicarios
de
las
Cofradías
de
Oaxaca
en
su
décima
edición,
a
cargo
de
la
Coordinación
General
de
Turismo
en
conjunto
con
el
Hotel
Camino
Real
y
La
Hermandad
del
Santísimo
Rosario,
la
exposición
esta
abierta
al
público
en
el
salón
La
Capilla
del
Hotel
Camino
Real
Oaxaca
del
15
al
20
de
marzo,
de
10:00
a
21:00
horas.
Ofreciendo
una
serie
de
conciertos
de
música
sacra
los
días
16
y
17
de
marzo
a
partir
de
las
19:00
horas.
Oaxaca
es
rico
en
relicarios
religiosos,
no
sólo
en
la
ciudad,
sino
también
en
el
Estado
y
por
lo
cual
es
necesario
considerar
su
valor
religioso
y
cultural,
esencia
de
nuestros
pueblos,
ya
que
es
causa
de
admiración
su
acervo
que
es
conjunto
de
valores
y
patrimonio
cultural.
Los
Relicarios
se
portan
en
los
estandartes
de
las
cofradías
o
se
conservan
en
poder
de
algunas
familias
que
los
tienen
bajo
su
cuidado
como
riqueza
de
los
antepasados
y
patrimonio
artístico
que
se
debe
admirar.
Estos
relicarios
se
portan
en
las
tradicionales
y
majestuosas
procesiones
de
estandartes
en
donde
resaltan
principalmente,
siendo
enriquecidas
aún
más
sus
telas
de
terciopelo
con
regalos
que
dan
los
fieles,
como
monedas
antiguas,
milagros
de
oro
y
plata
de
un
encanto
especial
por
la
variedad
de
motivos
a
que
responden
sus
formas.
Un
Relicario
no
es
sólo
un
lugar
donde
están
guardadas
las
reliquias,
un
estuche
o
medallón
comúnmente
de
metal
precioso
que
custodia
recuerdos
dejados,
vestigios
abandonados
del
pasado
o
en
su
defecto
parte
de
un
santo
o
lo
que
por
haberle
tocado
es
motivo
de
veneración,
sino
manifestación
estética
lograda
con
las
manos
del
oaxaqueño
que
ha
buscado
en
el
tiempo
la
forma,
la
expresión
conjunta
y
magnífica.
Admirar
estos
relicarios
equivale
al
deleite
de
observar
en
retrospectiva
parte
de
lo
nuestro,
creaciones
originales
en
la
búsqueda
de
la
perfección,
de
la
realización
de
nuestros
abuelos
transmitiendo
a
nosotros
su
amor
a
procrear
una
obra
para
un
templo
o
un
hogar
que
privilegiadamente
custodia
lo
heredado.
Relicarios
que
son
raíz
que
se
encuentra
en
la
más
remota
tradición
del
arte
religioso
de
procedencia
novohispana,
plenos
de
vigor,
sensibilidad
y
fantasía
que
se
manifiesta
hasta
nuestros
días,
piezas
que
ya
no
se
producen
o
que
sólo
raramente
en
lugares
donde
se
conserva
la
tradición
como
en
Oaxaca,
pueden
ser
vistos.
Es
una
evocación
a
la
sensibilidad
creadora
del
oaxaqueño
que
recuerda
algunos
momentos
de
la
mezcla
de
antiguos
modos
de
ser
indígena
y
español,
arte
mestizo
que
demuestra
lo
que
puede
ser
una
cultura
a
la
que
se
rinde
homenajes
a
través
de
la
contemplación
de
estas
piezas.
VIERNES
SANTO,
PROCESIÓN
DEL
SILENCIO
La
Procesión
del
Silencio
va
tomando
año
con
año,
un
fuerte
arraigo
entre
las
celebraciones
de
la
Semana
Santa
en
Oaxaca.
Hace
22
años,
en
la
Parroquia
de
la
Sangre
de
Cristo
se
reunieron
por
primera
vez
para
organizar
esta
procesión
el
padre
Pedro
Osorio,
la
señora
Ana
Bravo
Vasconcelos,
el
maestro
José
Humberto
Palancares
y
el
Sr.
Carlos
Ocampo
Prieto;
cada
uno
expuso
sus
ideas,
la
soledad
y
la
quietud
de
las
hermosas
calles
coloniales
con
su
atmósfera
señorial
hacían
pensar
si
sería
posible
hacer
realidad
un
sueño,
lograr
algo
que
pudiera
ser
para
el
futuro
contrición
de
los
cristianos,
curiosidad
de
los
extraños,
revivir
algo
que
hace
cientos
de
años
se
realizaba
y
que
ahora
al
rescatarlo
pasaría
a
la
lista
de
las
celebraciones
de
Semana
Santa
en
Oaxaca.
La
Procesión
del
Silencio
lleva
un
orden
programado:
primero
la
cruz
y
los
ciriales
que
preceden
a
toda
procesión;
después
los
estandartes
bordados
en
plata
o
en
oro,
portando
Relicarios
con
antigüedad
que
los
convierte
en
piezas
de
museo,
siguiendo
las
damas
de
la
Tercera
Orden
de
Santo
Domingo,
acompañando
al
Señor
de
la
Columna,
hermosísima
talla
del
siglo
XVII
que
se
venera
precisamente
en
este
Templo.
A
continuación
un
hombre
con
los
pies
descalzos,
encapuchado,
cubierto
tan
solo
con
un
taparrabo
carga
una
cruz
muy
grande
y
pesada;
siguiéndole
va
la
Cofradía
de
las
Siervitas,
damas
de
la
Virgen
de
los
Dolores,
pertenecientes
al
Templo
del
Patrocinio,
todas
en
riguroso
luto
acompañando
a
la
Santísima
Virgen,
cargada
en
andas
por
otros
penitentes
también
encapuchados.
Al
final
de
la
procesión,
veinte
enormes
lanzas
adornadas
cada
una
de
ellas
con
motivos
de
la
pasión
del
Señor
(la
corona
de
las
espinas,
los
tres
clavos,
la
sábana
santa,
etc),
éstas
son
portadas
por
la
otra
Cofradía,
escoltando
la
hermosa
escultura
de
la
Preciosa
Sangre
de
Cristo
que
se
venera
en
el
Templo
del
mismo
nombre.
El
día
de
la
Procesión
del
Silencio
participan
gentes
de
nuestro
pueblo,
mujeres
sencillas
envueltas
en
sus
negros
rebozos,
fervorosas,
anhelantes
de
ir
en
la
procesión,
damas
enlutadas
con
un
aire
de
religiosidad
que
las
engalanan
niños
jóvenes,
señores,
turistas
de
variadas
nacionalidades
que
observan
todo
respetuosamente,
se
unen
al
misticismo
que
en
el
aire
se
esparce.
Todos
con
una
vela
forman
una
extensa
valla
que
da
más
realce
a
la
Procesión.
En
los
rostros
de
los
asistentes
se
reflejan
los
más
diversos
sentimientos:
la
fe,
la
veneración,
la
curiosidad,
el
descubrimiento
de
algo
distinto,
diferente.
El
silencio
es
total
a
pesar
de
la
multitud.
La
chirimía
y
el
tambor
con
su
ritmo
ancestral,
rasgan
el
silencio
tristemente
y
así
comienza
la
Procesión.
Se
inicia
la
caminata
lenta,
ordenada,
fervorosa,
silenciosa,
con
un
respeto
poco
usual.
A
la
luz
de
los
faroles
coloniales,
las
esculturas
toman
vida
al
movimiento
que
los
penitentes
dan
a
las
andas
que
los
sostienen.
En
1986
se
puso
la
primera
piedra
en
el
rescate
de
una
tradición
legada
por
los
dominicos
hace
cientos
de
años.
RUTA
DE
LA
PROCESIÓN
(19:00
Hrs)
Salida
de
la
Parroquia
de
la
Sangre
de
Cristo,
sobre
Macedonio
Alcalá,
continuando
en
la
calle
de
Xolotl,
dando
vuelta
en
García
Vigil
hasta
la
calle
de
Morelos,
retomando
Macedonio
Alcalá
para
terminar
en
lugar
de
inicio.
FUENTE:
Municipio
de
Oaxaca
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